Salón de palabras

Bienvenido/a. Has abierto una puerta a un mundo mágico. La Voz de los Días tiene la facilidad de convertir la cotidianidad en sueños posibles, de hacernos ser lo que siempre hemos querido ser; volar con la libertad de un pájaro, dejar que la imaginación nos lleve a aquellos lugares que nuestro cuerpo no se atreve, o a veces no puede... En definitiva, ser nosotros. Leerme - me permito lector/a ser osada-, será para ti la prueba de que la Palabra consigue, y en este rincón especial al que has llegado, que poco a poco te quedes atrapad/a y no quieras seguir dando vueltas en busca de lo que ya has encontrado... En este libro cualquier sensación se parecerá más a un sueño que a una posibilidad. Ponte cómodo/a... Y si quieres conseguirlo, tus deseos son órdenes.


sábado, 13 de enero de 2018

NIÑO DE HIELO



La noticia de hoy me conmueve. La imagen me deja un nudo en la garganta.
Su pelo hecho de nieve, su poca ropa, su cara curtida por el viento, sus manos hostigadas por el hielo, su pobreza caminando solitaria… Producen tristeza. Pero pese a todo eso, la vida tiene paradojas insospechadas y hace que ante situaciones incomprensibles, una, que se considera humana y poco sensiblera, pero todo sensibilidad, se derrita de ternura ante la evidencia. Y no dejo de asombrarme ante el corazón y la humildad de gente que, cuanto más pobre es, más rica se vuelve en respeto a las normas, más cumple con su cometido (en el niño ir al colegio). Pese a los 9 grados bajo cero, pese a no tener ni siquiera una bufanda para ese cuello desnudo, ni una gorra para que no le traspase el hielo las neuronas.  Su abuela, lo envía a cumplir con su deber de aprender, de no faltar a clase, pase lo que pase, caigan chuzos de punta, los mismos que cuelgan del tejado, sin tejas, de su chabola, y tener que caminar 4,5 km. diarios para no perderse, ni un día, una clase. Y una se pregunta, frente a la comodidad, mirando ese rostro aterido, ese corazón sin pizca de hielo, que hay que ser muy grande en la miseria, y eso le hace a un Ser, ser especial y le doy a esta imagen voz, porque hoy este niño, de nieve,  ha dado una lección inimaginable a todos los niños, hombres y mujeres que, lejos de tener humildad, se regodean en lo que les sobra y me hace recordar, el día a día, presenciando desganas, dejadez, desidia, ningún respeto por la oportunidad, por el trabajo, por las normas... De ver los rostros de gente que se creen el centro del universo y solo saben de “sus” derechos y para nada respetan sus deberes. Y siento asco, otra vez, y pena, y hartazgo y un cansancio arrastrado de años se acumula bajo el frío desagrado de saber que hay gente, demasiada, que no se merece ni el abrigo de un invierno.

Carmen Callado
La Voz de los Días.