Salón de palabras

Bienvenido/a. Has abierto una puerta a un mundo mágico. La Voz de los Días tiene la facilidad de convertir la cotidianidad en sueños posibles, de hacernos ser lo que siempre hemos querido ser; volar con la libertad de un pájaro, dejar que la imaginación nos lleve a aquellos lugares que nuestro cuerpo no se atreve, o a veces no puede... En definitiva, ser nosotros. Leerme - me permito lector/a ser osada-, será para ti la prueba de que la Palabra consigue, y en este rincón especial al que has llegado, que poco a poco te quedes atrapad/a y no quieras seguir dando vueltas en busca de lo que ya has encontrado... En este libro cualquier sensación se parecerá más a un sueño que a una posibilidad. Ponte cómodo/a... Y si quieres conseguirlo, tus deseos son órdenes.


lunes, 25 de agosto de 2014

LA ILUSIÓN DE DULCINEA


© deviantART.com/mistytang - Jaclyn Renata Weber 



(Hay días que los sueños se convierten en quimeras. Otras, muestran la realidad como la soñamos  Pero, sobre todo, hay sueños que nos indican el camino...)


La Ilusión de Dulcinea (fragmento)

Cansada de pasear por los caminos lúgubres de los conflictos, y ver cosas que no quería, un día decidí salir de casa con los ojos cerrados, para imaginar tan sólo los motivos que por la calle pasaran. El castañazo fue de órdago; los pies se trastabillaron, las paredes rasparon mi nariz y las aceras dibujaron un siete en mi recortada falda.

¡Ay, de mí! me lamentaba mientras rodaba con la moral quebrada.
Cuando el asfalto había teñido de pisadas mis codos y la camisa descubrió los senos sonrosados, los botones cruzaron la calle al tiempo que una moto su paseo frenaba, para no dibujar sus huellas en mi orgullo, ni en el bolso que de la mano colgara.

La señora que tiraba de la cadena de su perrito y sujetaba a la vez un helado de frambuesa, me miró con cara de pachona, y  mostrando su boca  desdentada...